Promesas incumplidas
Prometió y no cumplió.
Ante sus mejores policías, Andrés Manuel López Obrador asumió el compromiso de reducir los niveles de delincuencia en 15 por ciento anual. Estaba seguro que lo combatiría y llamó a cerrar filas entorno al crimen.
Pero sólo logró dejarlos embarcados.
Fue la mañana del 9 de febrero de 2004. AMLO estaba jubiloso. Habló de poseer un instrumento, una fórmula secreta contra la delincuencia, una misteriosa idea para trazar en la tabla estadística un rayo en picada."Por cuestiones estratégicas no podemos dar a conocer a detalle este programa", dijo.
Se escuchó contundente, luminoso, pero ni los policías conocían la estrategia, sólo escucharon el objetivo final sin saber los detalles. AMLO los dejó con la duda:"Pero sí puedo decirles que este programa se propone una meta de disminución en la incidencia delictiva de 15 por ciento para cada uno de los años que nos faltan", prometió.
No fue el único. El entonces secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, alimentó la propuesta. Y también se embarcó."La meta que nos ha puesto el jefe de Gobierno es que sea de 15 por ciento". Echado pa delante, el jefe de policía puso su cabeza como seña irrevocable de su compromiso: "los que no lo podremos lograr, pues tendremos que salir. Porque la meta se va a cumplir, porque se va a cumplir", auguró.
Y Ebrard salió 11 meses después, pero despedido por el presidente de la República, Vicente Fox.Los linchamientos de Tláhuac, donde asesinaron a dos agentes federales a manos del pueblo de San Juan Ixtayopan, fueron el detonante de su salida. Fueron también la justificación presidencial para retirarlo de su cargo.
Hoy, a 12 días de renunciar a la Jefatura de Gobierno para buscar la candidatura presidencial, de la promesa de AMLO sólo se supo el nombre: "Programa General de Seguridad y de Procuración de Justicia y Gobierno para el periodo 2004-2006".
El objetivo: bajar los robos, homicidios, secuestro y violación. Sólo los delitos llamados graves.
Sabedor quizá del incumplimiento de la promesa, el procurador capitalino Bernardo Bátiz intentó matizar los resultados y señaló que el crimen disminuiría sólo en aquellos delitos graves que se cometieran en la calle.
Con todo, el pasado primero de junio, Bátiz terminó por aceptar que la promesa no se había cumplido. Del 15 por ciento de reducción criminal prometida sólo alcanzaron el 10 por ciento.
Ante sus mejores policías, Andrés Manuel López Obrador asumió el compromiso de reducir los niveles de delincuencia en 15 por ciento anual. Estaba seguro que lo combatiría y llamó a cerrar filas entorno al crimen.
Pero sólo logró dejarlos embarcados.
Fue la mañana del 9 de febrero de 2004. AMLO estaba jubiloso. Habló de poseer un instrumento, una fórmula secreta contra la delincuencia, una misteriosa idea para trazar en la tabla estadística un rayo en picada."Por cuestiones estratégicas no podemos dar a conocer a detalle este programa", dijo.
Se escuchó contundente, luminoso, pero ni los policías conocían la estrategia, sólo escucharon el objetivo final sin saber los detalles. AMLO los dejó con la duda:"Pero sí puedo decirles que este programa se propone una meta de disminución en la incidencia delictiva de 15 por ciento para cada uno de los años que nos faltan", prometió.
No fue el único. El entonces secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, alimentó la propuesta. Y también se embarcó."La meta que nos ha puesto el jefe de Gobierno es que sea de 15 por ciento". Echado pa delante, el jefe de policía puso su cabeza como seña irrevocable de su compromiso: "los que no lo podremos lograr, pues tendremos que salir. Porque la meta se va a cumplir, porque se va a cumplir", auguró.
Y Ebrard salió 11 meses después, pero despedido por el presidente de la República, Vicente Fox.Los linchamientos de Tláhuac, donde asesinaron a dos agentes federales a manos del pueblo de San Juan Ixtayopan, fueron el detonante de su salida. Fueron también la justificación presidencial para retirarlo de su cargo.
Hoy, a 12 días de renunciar a la Jefatura de Gobierno para buscar la candidatura presidencial, de la promesa de AMLO sólo se supo el nombre: "Programa General de Seguridad y de Procuración de Justicia y Gobierno para el periodo 2004-2006".
El objetivo: bajar los robos, homicidios, secuestro y violación. Sólo los delitos llamados graves.
Sabedor quizá del incumplimiento de la promesa, el procurador capitalino Bernardo Bátiz intentó matizar los resultados y señaló que el crimen disminuiría sólo en aquellos delitos graves que se cometieran en la calle.
Con todo, el pasado primero de junio, Bátiz terminó por aceptar que la promesa no se había cumplido. Del 15 por ciento de reducción criminal prometida sólo alcanzaron el 10 por ciento.
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